Los reyes magos son unos personajes que se citan en la Biblia , en el Nuevo Testamento . No se sabe con certeza nada de ellos, ni siquiera cuántos eran, únicamente lo que nos cuenta el evangelista Evangelio de Mateo, Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes , llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? (Mateo 2,1-2).
Parece increíble, pero este escueto texto de Mateo, redactado en torno al año 50 d. de C. –y en el que aparecen por primera vez la figura de los Magos–, es todo lo que hay para sostener la gran historia de los mismos.
La respuesta parecería remontarse a los orígenes de la cristiandad, del judaísmo y del islamismo, hasta el profeta persa Zoroastro, quien tal vez vivió en el siglo VI o VII A.C., o incluso hasta el año 1,000 A.C., dependiendo de la fuente de información. La evidencia de los Manuscritos del Mar Muerto, de antiguos textos persas y de otras fuentes, sugiere que todos nuestros conceptos del mal, del cielo y del infierno, un juicio final y los ángeles tuvieron su origen en las enseñanzas de Zoroastro.
La tradición cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, que iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciendo oro (presente conferido a los reyes), incienso (empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos). Antes de llegar, en la ciudad de Jerusalén, encontraron al gobernador Herodes el Grande, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño, para poder ir él también a adorarle. (En realidad, lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la matanza de los inocentes ).
Los sabios de Mateo, o magos, única palabra de origen persa en la Biblia griega original, evidentemente eran sacerdotes del zoroastrismo, que era la religión oficial de Persia. No es sorprendente que se presentaran en el nacimiento de Cristo. De acuerdo con varias fuentes, los magos tendían a presentarse en acontecimientos extraordinarios en el mundo antiguo. En sus notas, Plinio ubica a un grupo de ellos parados en medio de humo y de ruinas tras el incendio que consumió el gran templo de Artemis en Efeso (circa 356 A.C.). Estos magos anunciaron que la gran destrucción del templo auguraba el nacimiento (inmaculado) de Alejandro el Grande, quien por supuesto conquistaría el mundo conocido, lo declararían un dios y moriría a la edad de 33 años.
En el Evangelio según San Mateo, los magos aparecen como figuras nobles y respetadas, cuyos talentos esotéricos se utilizan al servicio de la Verdad y de Dios.
Aunque es cierto que Mateo restringe las destrezas ocultas de los visitantes a las necesidades de su historia. Ellos entregan sus regalos, hacen despliegue de un poco de destreza astrológica cuando el rey Herodes los interroga y luego se marchan. Es casi como si pusieran nervioso a Mateo. Pero tienen que estar allí, como una especie de pago por una deuda. Después de todo, en un texto que ahora se conoce como el Evangelio arábico de la infancia de Jesús, Zoroastro predijo el nacimiento milagroso de un Mesías en el seno de unos padres humanos.
Imagen de la Sagrada Familia en Barcelona |
Tomó varios cientos de años para que los "sabios" de Mateo se convirtieran en los tres Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar. Varias versiones que datan del siglo II y III algunas de ellas por santos y padres de la primera iglesia, señalan que la cantidad de reyes presentes en la Navidad era de 14 como máximo y un mínimo de dos. Mencionan nombres desde Hormazd hasta Karsudas y Melkon y son regentes de Arabia, Persia, India y en un caso sencillamente de "Oriente".
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la izquierda está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar...
En la Catedral de Colonia, en Alemania, hay un calendario de santos que incluye el siguiente obituario: "Habiendo pasado muchas pruebas y vicisitudes para el Evangelio, los tres Magos se reunieron en Sewa en el 54 D.C.. para celebrar la fiesta de la Navidad. Inmediatamente después de la celebración de la Misa, murieron: San Melchor el 1 de enero, a la edad de 116 años: San Baltasar el 6 de enero, a la edad de 112 años y San Gaspar el 11 de enero a la edad de 109 años".
Sus restos mortales se dicen que están en una urna de oro incrustada con joyas, detrás del altar mayor de la catedral. Han estado allí desde el 1164, cuando el monarca alemán Frederick Barbarosa se llevó la urna de su basílica en Milán. Los cuerpos que finalmente estaban en Milán, aparentemente habían sido descubiertos en Sewa, lo que ahora es Turquía, no mucho antes de que Justiniano encargara sus mosaicos.
Desafortunadamente la autenticidad de las reliquias de Colonia es bastante dudosa. Por una parte, la iglesia no estableció la fiesta de la Navidad como un festival hasta aproximadamente el año 336. Por otra, después de más de 100 años después de Barbarosa haberse llevado la urna de Milán, Marco Polo insiste en que a él le enseñaron los cuerpos embalsamados de los Magos en su tumba en Saveh, una ciudad al sur de Teherán moderno.
La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado también en los Evangelios Apócrifos . Según la tradición esotérica cristiana, estos personajes procedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan .
Según la tradición esotérica cristiana, los Reyes Magos que en el Evangelio aparecen como "magos de Oriente ", procedían del reino del Preste Juan que vivía en un lugar de Asia, tierra a la que Parsifal llevó el santo Grial sacado de Monsalvat . En los siglos XIV y XV la leyenda situó sus dominios en el territorio cristiano de Abisinia , en África .
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