sábado, 25 de febrero de 2012

La Limpieza Simbolismo De Febrero

Todas las culturas han ritualizado con especial cuidado la necesidad de limpieza, que ha tenido además las dos vertientes: la puramente física y la anímica. Las lustraciones, que se distinguían en ordinarias y extraordinarias (las que se celebraban cada cinco años, son las que dieron nombre al lustro), el bautismo, las aspersiones con agua bendita en nuestra cultura, y con la sangre de las víctimas en otras, son ritos de purificación (que así es como se llama propiamente la fiesta de la Candelaria).

En la cultura romana el mes de febrero era el februarius, el mes dedicado a la limpieza general del año: en este mes se realizaba la poda de los árboles, no sólo como necesidad agrícola, sino también como rito; se limpiaban a fondo los establos; se limpiaban los campos (arva) y para dar solemnidad ritual a esta fase tan importante de las labores agrícolas, se hacía una solemne procesión por todos ellos en el contexto de las Lupercales y se celebraban las fiestas llamadas ambarvalias. Para las ciudades se instituyó una réplica denominada amburbium. El día en que se celebraba esta procesión se llamaba februatus dies.

En tiempos, la divinidad que presidía estos ritos era masculina, y se llamaba Februarius (el mismo nombre del mes) y eran los sacerdotes lupercos los que presidían la procesión lustral, cubiertos sus hombros con un vellón. Estos ritos tenían una clara conexión con la fecundidad. De hecho Ovidio los relaciona con las Feriae sementinae de enero, las fiestas de la siembra, que tienen su prolongación en febrero.

Acaso sea una simple casualidad, pero resulta que después de haber luchado el papa Gelasio I (492-496) y sus antecesores por extirpar las lupercales de las costumbres del pueblo, acabó por crear en las mismas fechas (la iglesia romana, el 2 de febrero; la griega, el 14; las lupercales, el 15) la fiesta de la purificación.

Más sorprendente aún es que el emperador Justiniano I introdujera esta fiesta en el imperio de Oriente el año 542 tras una peste que después de asolar Egipto y Constantinopla, amenazaba el resto del imperio. El sentido de purificación y expiación que informaba las lupercales, debía formar parte, con toda probabilidad, del sentido de esta nueva fiesta cristiana. La limpieza física y la de costumbres habían de formar parte de los ritos: para estar bien garantizadas.

domingo, 19 de febrero de 2012

Carnaval: Tradición y Fiesta

Lo más probable es que el origen del vocablo “Carnaval” proceda del término del latín medieval “Canelevarium”, que quiere decir “eliminar la carne”, aludiendo a la prohibición de comer este alimento durante los 40 días de La Cuaresma.

Sin embargo, los lingüistas sugieren otras tres opciones posibles:

“Carne tollendus”: que quiere decir también “se ha prohibido la carne”.

“Carne vale”: Es el equivalente a la expresión “adiós a la carne”.

Y “Carrus navalis”: es la versión más erudita que hace alusión a la forma en que el antiguo dios supremo de Egipto, Ra, el sol, aparecía en el firmamento. Con lo que, de nuevo, volvemos a la versión antropológica del crecimiento de la luz con la proximidad de la primavera.

El origen más antiguo del Carnaval data de la antigua Babilonia hace 4.000 años, pero poco se sabe de cómo era esa celebración. Más seguro es el antecedente que vincula esta fiesta con “Las Purulliyas” o celebración de la primavera de los Hititas, pueblo guerrero y sabio que habitó en Turquía.
Los egipcios tenían una fiesta en honor del Buey Apis, intermediario entre Ptaht, el dios creador, y sus fieles. El toro Apis era una divinidad masculina, símbolo de la virilidad, que contenía el espíritu del señor de la creación Ptaht. En la ciudad de Menphis se celebraba, con la incipiente primavera, un ritual de adoración al toro sagrado de oro puro, Apis, ídolo que era adornado con guirnaldas de flores y se le hacían ofrendas de trigo y frutos, ya que simbolizaba la fertilidad de la tierra y era un dios fálico relacionado con la procreación.

Un significado muy similar tenían, para los antiguos griegos, las celebraciones denominadas “Dionisíacas”, en honor del dios del vino, Dionisos, Baco para los romanos. Dionisos era hijo ilegítimo de Zeus y de Sémele, la hija de Cadmo, rey de Tebas. Tras la muerte de su madre, por orden de la celosa Hera, esposa legítima del rey del Olimpo, el pequeño dios se crió como si fuera una niña. Digamos que es el primer antecedente de los hombres que se disfrazan de mujer en nuestro carnaval. En las fiestas consagradas en su honor se bebía vino hasta perder la conciencia y “Las Bacantes”, mujeres que participaban en los ritos orgiásticos en honor al dios de la vid, se entregaban a todo género de vicios y excesos.


Pero, probablemente, el origen más claro de la fiesta de Don Carnal estuvo en Roma, concretamente en los rituales en honor de dos dioses: Baco (Dionisos en versión latina) y Saturno, el dios de los infiernos. Nos ocuparemos de dos celebraciones concretamente: “Las Matronalias” y “Las Saturnalias”. En las primeras, se honraba a Bona Dea, la diosa de las mujeres. Era un tiempo sagrado, en el que invertía el orden social y las féminas mandaban sobre los hombres, incluso podían tomar la iniciativa en el plano sexual sin limitación alguna y sin que les ocurriera nada. En las segundas, se honraba al dios Saturno, y, en este caso, lo que se alteraba era el orden social. Los esclavos pasaban a ser los amos y éstos tenían que servirles. Se comía y se bebía sin freno y se podía decir con toda libertad lo que el resto del año se callaba.

Para los antiguos Celtas era “El Imbolc”, fechas en las que honraban a la Madre Naturaleza que se mostraba entonces en todo su esplendor. Este rito tenía lugar a mediados en el mes de febrero porque, a partir de entonces, los días se van haciendo cada vez más largos y el buen tiempo comienza a acercarse, acortándose las noches.


Esto coincide con las teorías defendidas por los antropólogos que vinculan el Carnaval a la celebración del día 2 de febrero, La Candelaria, que marca el inicio del crecimiento de la luz solar en el horizonte. Ésta liberación se representaba, originariamente, con las máscaras de los animales que se despiertan y que, a la vez, son símbolos de abundancia y prosperidad: el oso, el ciervo, el jabalí... Todos ellos asociados a la caza.

jueves, 9 de febrero de 2012

San Valentin ¿Qué sabemos?

Muchos piensan que este día se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del Imperio Romano.

San Valentin era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.

El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.


Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza.

El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.

Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de Febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.

Pongamos una nota divertida en este día