lunes, 18 de junio de 2012

Noche De San Juan Con Rituales

Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival y su principal significado era el de celebrar el instante en elque el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer en el Solsticio de Invierno. Para conmemorar y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos, se encendían grandes hogueras. Este festival se lo asocia a rituales destinados a obtener pareja o a conservarla.
Son innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por excelencia.



Realmente la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan.
De igual forma, la presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que sin embargo, es una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad.
El apelativo de "Verbena" a esta fiesta se lo dio la costumbre practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del hombre deseado por su corazón.
Otra de la creencias era que la pareja que saltaba unida la hoguera conseguía felicidad y buena fortuna.
Otra de las tantas costumbres es aquella en que las jóvenes arrojan guirnaldas trenzadas por ellas a sus amados a través de las llamas y ellos deben recogerlas antes de que caigan al fuego. Las guirnaldas se guardan como talismanes de buena fortuna y, ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el hogar para procurar protección de sus habitantes y animales.
Algunos grupos para finalizar las ceremonias se introducen entre las olas, comulgando por un corto tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza.
Antecedentes paganos a esta festividad es la celebración celta del Beltaine ( significa “fuego de Bel” o “bello fuego”) , que se realizaba el primero de mayo y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas.
  • Los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades y rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y solían sacrificar algún animal, para que sus plegarias fueran mejor atendidas.
  • Las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador.
  • Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas y por entonces, se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.

El Ritual de la Noche de San Juan utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos. Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con agua de manantial y unas hojas de laurel.
  • El altar: Es el soporte sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual. En él encontramos un círculo que representa los hechos consumados, es decir los deseos ya cumplidos, los propósitos conseguidos. Dentro del círculo se circunscribe un heptágono, polígono de siete lados, porque el siete es el número mágico por antonomasia y simboliza los grados de perfección.
  • Las velas de colores: Las seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol, símbolo de pureza, que al descomponerse da como resultado los seis colores del Arco Iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). A estos seis colores le sumamos el marrón de la séptima vela, color que simboliza la Tierra, madre fecunda y regeneradora, necesaria para que todo pueda nacer. Siete velas en total que en su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de regeneración. Eso es lo que queremos conseguir, el lado bueno que nos espera representado en estas siete velas donde, una vez más, encontramos el número mágico por excelencia que nos ayudará a que el ritual sea un éxito.
  • La vela negra: Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan. Es de menor tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz blanca representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será vencida por la claridad del blanco.
  • El agua de manantial: Según antiguas leyendas, el agua de los manantiales que utilizamos la Noche de San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y belleza y contienen, además, virtudes fecundantes.
  • Las plantas: Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche tienen propiedades curativas o pueden utilizarse como amuletos protectores. El laurel, además es un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus.
  • La oración: Si queremos verbalizar nuestras intenciones en esta noche podemos recurrir a estas oraciones que recogen el sentido del ritual y los fines que esperamos conseguir. Oración al encender la vela negra: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol". Oración al encender las demás velas y por cada una de ellas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido". Esparcimos alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj de manera que cerremos un círculo completo. Luego encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol". A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de encenderlas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
    Nos concentramos fijando la atención en nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que quemaremos con la vela negra (o en la hoguera) y en otro lo que deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará eliminado, vencido, excluido de nuestra vida. Sentimos cómo la luz que sale de las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y regeneradora.
    Unidas las siete fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros. El lado oscuro que queremos destituir va sucumbiendo. Lentamente se impone la claridad. La luz domina sobre las tinieblas. El círculo se cierra, los hechos se han consumado. Visualizamos los deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo saludable.
     Luego, siguiendo las costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto que culmina el definitivo cumplimiento de nuestros propósitos. Finalmente, si no disponemos de tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las apagamos empezando por la negra y terminando por las de colores en el mismo orden en que las encendimos. El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos colocarlo en cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo la protección que necesitamos.
  • Con la culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a nuestro alrededor existe. Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos deseos dejemos que nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y luz que hemos conseguido, al menos hasta la próxima Noche de San Juan.

sábado, 2 de junio de 2012

Tránsito Venus Paseandose Con El Sol

NASA-VIDEO

SIMBOLISMO ASTROLOGICO E INTERPRETACION
DEL SOLSTICIO DE JUNIO

La siguiente configuración planetaria al 20 de mayo es el tránsito de Venus al Sol, el 5 y el 6 de junio. Tras este tránsito viene el solsticio.

Según nos dijo Metatrón en su mensaje:
“Una vez pasado este momento, entrará junio con 2 posiciones maravillosas, un eclipse parcial de luna el día 4, que ayudará a pasar el punto energético creado por el eclipse de Sol anterior y, de esta forma, favorecer la interiorización de la información recogida por ella, desde el Centro Galáctico y las Pléyades y que ésta quede integrada en la estructura cristalina celular humana y ayudar así en el paso de humano a suprahumano o divino.

Del día 4 pasamos al 6 con el alineamiento-tránsito de Venus al Sol. En este punto, la integración de las polaridades, dualidades, se irán dando. Venus, ínfimo al lado de vuestra estrella, el Sol, hará un trabajo integrador y de limpieza de inconscientes colectivos, pues solo con la más pura energía femenina, este trabajo puede ser hecho.

Tras este punto, llegáis al solsticio, época maravillosa para hacer las reflexiones adecuadas ante todo lo pasado. Los equinoccios son energías de cambio y los solsticios de reflexión y asentamiento. Así, el 21 de junio, se dará este tiempo de reflexión primaria tras todo lo vivido previo.”

Entonces, previo a este tránsito habrá un eclipse parcial de Luna el 4 del mes que cae a 14º 14’ del signo de Sagitario, signo donde está el Centro Galáctico, a las 11h3’.

Este eclipse, al no ser total, abre una puerta al corazón, indica que no todo es oscuridad, que tenemos que ver la luz en las sombras y así poder superarlas.

El eclipse está bajo la influencia del 14/5, es decir:
14º 14’ y 11h3’: 11+3= 14
14º = 1+4 = 5
14 ’= 1+4 = 5
11+3 =14 = 1+4 = 5
14 x 3 = 42 = 4+2 = 6

El 14 nos habla de buscar el punto medio en el movimiento, en el cambio, en el hacer constante. Es tiempo de reflexión, de modificar hábitos y controlar los deseos. Es un tiempo muy creativo para poder realizar cualquier proyecto o idea nueva. Ayuda a canalizar las energías hacia nuevas construcciones o caminos con fines enriquecedores.

Es preciso para encontrar este crecimiento periodos de soledad y reencuentros con uno mismo.

El 42/6 nos habla de una cooperación de las mentes, conseguir una armonía mental que procura hallar ideas para una causa común. Es una vibración que mueve una actitud cooperativa, creando atmósferas de felicidad y armonía. Es una vibración muy armoniosa. Mueve a la meditación, la reflexión, la introversión.


Las palabras claves son amor y cooperación, por lo que la energía de este eclipse lunar nos llevará a enfrentar situaciones en las que haya que utilizar estas cualidades. Pero es importante no permitir que el vivirlas o interpretarlas mal lleve a la separación, porque entonces los aspectos de este ciclo degenerarían en soledad.

Este eclipse por caer en el signo de sagitario, signo donde está el Centro Galáctico y la Tierra en este momento, nos habla de la conexión con el niño interno, con recuperar la inocencia perdida tras tan largo periodo de vidas. Nos habla de recuperar nuestros orígenes para caminar con otra perspectiva y otra visión de la vida.

La inocencia sagitariana habla de que es momento de dejar que la mente dicte y que sea el corazón el que domine. Sagitario, como signo de fuego, pasional, no deja espacio al pensamiento sino al sentir. El corazón no sigue las directrices y limitaciones de las creencias, de la educación, de la sociedad, de las tradiciones, de la raza, de los miedos, de las dependencias o apegos, nada domina las fuerzas del corazón que no sea él mismo, por eso ésta es la energía a explotar con este eclipse parcial en Sagitario.

Además, el estar la Tierra alineada con el Centro Galáctico, habla de la potencia que adquiere toda energía en el planeta. Todo se amplificará y cogerá un ritmo vertiginoso, ayudándonos en todos los procesos surgidos en esos momentos y guiados por la luz de este maravilloso signo y de la influencia del Centro Galáctico.

Este eclipse viene acompañado de un tránsito de Venus al Sol, por el cual las energías de Venus y del Sol van a crear al unirse grandes campos electromagnéticos alrededor de la Tierra. Esto actuará ayudando a modificar las energías mentales no unificadas, haciéndolas desaparecer, produciendo un despertar en la consciencia al superar la dualidad.

Para los mayas, Venus es el portador de la Luz, quien trae el nuevo amanecer para el cierre de este ciclo cósmico, lo que representa el regreso de Quetzacoalt o las energías del Cristo.

En este sentido en los Círculos de las Cosechas apareció uno en forma de Serpiente ondulante.

En la zona del cascabel hay un círculo, en su cuerpo 29 círculos de diferentes tamaños, contenidos entre dos líneas ondulantes. Dentro de ellas aparecen 56 círculos más pequeños. En la cabeza de forma triangular, aparece una lengua en forma de Tridente. Esta serpiente atraviesa por el centro del sistema solar, donde estarían, el Sol a la derecha, en el centro Venus y a la izquierda la Tierra.

Esta posición de Venus entre el Sol y la Tierra se produjo el año pasado 2011 y en este año 2012.

Esta serpiente podría representar a Ofiuco, la 13ª constelación ubicada en la eclíptica, entre Escorpio y Sagitario, cuyo significado es el Septenario o Portador de la serpiente. De forma, que el círculo central con la línea que unifica los 3 círculos en línea representaría al hombre sujetando la serpiente por el centro. Así, este tránsito de Venus al Sol nos indica la capacidad de poder controlar nuestra propia energía serpentina, es decir, con todo lo que es necesario que transformemos por estar en las frecuencias más bajas del ser. La serpiente representa los instintos más bajos y la capacidad de superarlos y transformarnos a los más altos niveles, representado por el cambio de piel de la serpiente. Al igual que ella, el humano deberá cambiar la propia piel al hacer el proceso de cambios profundos de su ser.

El círculo de la cola representa el centro galáctico como foco de energía en estado puro y focalizando la energía hacia todos los demás procesos planetarios en estos grandes cambios.

La lengua en forma de Tridente representa las tres formas de manifestación del ser que, en realidad, no son una dualidad sino una trinidad, ya que el humano se forma de un inconsciente o sombra, un consciente y un supraconsciente y los tres unificados son los que forman la unidad o mónada.

En otro nivel representarían, al igual que el mitología clásica mediante la representación de Zeus, Hades y Poseidón, el mundo del inconsciente, oscuro, oculto, sombrío, que sería Hades, ligado a la energía neutra; el mundo consciente, luminoso, abierto, claro, representado por Zeus, ligado a la energía masculina; y el mundo emocional, húmedo, subconsciente, representado por Poseidón, ligado a la energía femenina.

La unificación de los 3 niveles, consciencias, partes del ser, darían lugar al hombre transformado, unificado, al hombre cósmico. Por eso, los mayas hablan del regreso del Quetzalcoalt o el Cristo, porque mediante esta transformación, le hombre conectaría con su nivel crístico de consciencia.

Si vemos los círculos que integran la serpiente y siguiendo con la simbología que encierra, vemos que son 29 círculos por un lado y 56 por el otro y ambas cifras suman 11, el gran Comunicador, la conexión con lo que realmente somos en planos de consciencia superiores.

Por otro lado, a Venus se le llama el Lucero del Alba, al igual que se le llamó a Luzbel o posteriormente Lucifer, simbolizando la dualidad de este planeta. Venus por representar el amor, también representa la lujuria, el dolor, la utilización de esta energía con fines egoístas, dependencias, apegos, obsesiones. Por todo ello, al pasar por delante del Sol, que representa la Luz suprema, indica la depuración y purificación de toda energía ligada a la influencia luciferina, o lo que es lo mismo, a la parte alterada del alma, traída vida tras vida y que para que se dé el proceso de ascensión es preciso e imprescindible transmutar.

Estos procesos de fuerte transmutación darán paso a la energía del Solsticio. Éste entra con fuertes bríos de cambio siguiendo en la línea y de alteraciones en el equilibrio de la Tierra. Va a traer consigo movimientos importantes, tanto a nivel telúrico como marinos y atmosféricos. El solsticio tendrá una gran influencia en todo lo que representa la Tierra y nosotros por ende, ya que somos una parte de ella.

El solsticio nos llega con Venus retrógrado, lo que indica que nos quiere ayudar a interiorizar los procesos dados con su tránsito al Sol, es como un periodo de reflexión antes de seguir nuestro camino. Sigue unido al Nodo Sur y a Júpiter, lo que nos indica la exaltación de todo lo que se está dando y la vinculación con todo nuestro bagaje anterior. Por eso es tan importante el reflexionar sobre lo vivido, no como forma de anclaje sino como forma de rectificar y no repetir. Sobre todo quiere que los procesos mentales sean los más modificados, ya que se encuentra en el signo de Géminis.

La Luna está en fase nueva, lo que indica que su energía está madurando, es nueva, pura, y en su signo domicilio, lo que le hace estar fuerte. Así, esta luna abre nuevas oportunidades, nuevas perspectivas, que nada tiene que ver con lo previo vivido. Tras la reflexión vienen los nuevos proyectos, las nuevas ideas, los nuevos caminos.

Pero esta luna, que controla los tiempos terrestre, también nos trae acontecimientos muy fuertes y tensos para la tierra, ya que forma parte de una configuración muy tensa con Plutón y Urano y esto alterará los ritmos terrestres. Con ellos la tierra también hará sus procesos de cambios y reajustes, aunque haya momentos en los cuales nos haga pasar por situaciones muy difíciles