viernes, 6 de abril de 2012

Historia Del Huevo Y Mona De Pascua

El huevo de Pascua es una costumbre extendida por todo el mundo, se dice que nació en Rusia, allí los monjes ortodoxos mantienen la tradición judía de celebrar la pascua en la noche del primer viernes después de la primera luna de primavera.
Esa noche, normalmente en Palestina, hay un clima benigno y la luna ilumina el cielo. Celebrar la Pascua por la noche, en un día de luna clara, puede ser muy agradable. Pero trasladar esa misma fiesta a la las estepa rusa, puede ser muy duro, pues la nieve aún cubre los campos y las iglesias, aun temiendo calefacción se calientan mal, pues el aire caliente sube hacia los techos de las cúpulas, mientras los fieles, a ras de suelo, padecen el frío que desprende sus helados muros. La celebración de la Pascua resulta ser una noche en aquel clima extremadamente fría y desapacible.

Si unimos eso a que la gente iba con hambre después del ayuno litúrgico del Viernes Santo, se comprenderá perfectamente que a alguien, se le ocurrió cocer un huevo antes de salir hasta la iglesia y trasladarlo caliente entre las manos, para sentir durante la ceremonia, su tibio calor y comérselo en el mismo atrio de la iglesia, nada más acabada la ceremonia religiosa cuando se levantaba el Ayuso con la Resurrección de Cristo el Sábado de Gloria.
Corriendo el tiempo alguien, descubriría que cociendo junto a los huevos determinadas verduras, la cáscara de los huevos se teñía de diversos tonos, dando lugar a adornar de alguna forma, el símbolo del fin del de la cuaresma y de la alegría de la Resurrección.

La novedad prendió entre los rusos y el Huevo de Pascua entró a formar parte de las costumbres de la Semana Santa. La nobleza rusa que celebraba la Pascua en las capillas de sus palacios, no necesitaba tal sistema calefactor, y por otra parte consideraba un huevo cocido, poco digno para sus exigentes paladares, así que algún avispado cocinero vació por un pequeño agujero de la cáscara la yema del huevo y la sustituyó por chocolate caliente que solidificaba dentro de la cáscara.
Con el tiempo, desapareció la cáscara del huevo, pero se conservó la forma. El huevo se transformó en dos hemisferios de chocolate que encerraban en su interior algún pequeño regalo, para por último pasar a ser solo un presente, como los famosos Huevos de Pascua de los zares creados por el joyero Fabergé, que son joyas únicas, nacidas en su taller de San Petersburgo, un capricho de los zares durante más de un siglo, que se han convertido en sinónimo del lujo extremo..
Desde Rusia, utilizando los pasteleros como sus interesados divulgadores, se extendió la costumbre de los huevos de pascua en su versión de chocolate y con un pequeño obsequio dentro, por todo el mundo, Ninguna pastelería, deja de colocar en estas fechas sus huevos de pascua en el escaparate principal de su establecimiento por estas fechas. Haciendo que haya prendido la costumbre por todas partes.


En España donde más ha arraigado la costumbre de los Huevos de Pascua es en Cataluña, donde se da un paso más, inventando la Mona de Pascua, que en su inicio era un bizcocho denso a modo de Roscón de Reyes, que tenía incrustados en la masa unos huecos con cáscara que se cocían en el hormo junto con la masa.
Pasó como  a los rusos que con el aumento del nivel de vida, un huevo duro incrustado en un bizcocho dulce no les resultaba agradable y como los rusos comenzaron a cambiar los huevos duros, por huevos de chocolate, que se añaden posteriormente al bizcocho pues estos no pueden meterse al hormo como los naturales.
Este trabajo de añadirlos al pastel posteriormente dio lugar a una serie de fantasías con bases de bizcocho cada vez más refinadas y añadidos de chocolate que pasaron de ser el clásico huevo a las formas mas sofisticadas.

2 comentarios:

Amama Doula dijo...

Curioso, si señora mía. Gracias por la info.
Abrazos.

Conocer La Esencia dijo...

Y todo eso para comer chocolate, en ese día.
ja ja ja..
Te has comido el trozo que te corresponde?